NATTY DREAD

Superheroína internacional

martes, julio 26, 2005

Año 1 No. 1

La tensión del pensamiento de Blaise Pascal entre la ciencia y la religión quedó reflejada en su admisión de dos principios del conocimiento: la razón –esprit géométrique–, orientada hacia las verdades científicas y que procede sistemáticamente a partir de definiciones e hipótesis para avanzar demostrativamente hacia nuevas proposiciones, y el corazón –esprit de finesse–, que no se sirve de procedimientos sistemáticos porque posee un poder de comprensión inmediata, repentina y total, en términos de intuición. En esta última se halla la fuente del discernimiento necesario para elegir los valores en que la razón debe cimentar su labor.

Natty Dread, superheroína internacional, en…

NATTY DREAD Y EL MISTERIO DEL GAME BOY DEFINITIVO

Lucida Bright: ¡No, no pueden hacerme esto! ¡Por qué! ¡POR QUÉ!

Gill Sans: Lo lamento, Natty, no puedo hacer nada. Ahora debemos ver por nuestros intereses y tú no los compartes.

Lucida Bright: ¡Pero se suponía que nos debíamos lealtad! ¡Por lo menos la verdad! [Llorando] ¡El equipo me la debía! ¡Tú me la debías! ¡Me traicionaste! ¡Y yo te…! ¡Yo te…!

Gill Sans: Adeau, querida Natty Dread.

Verdana: Odio verte llorar, Natty. Pobrecita. ¡Abre ya la compuerta, Arial!

Lucida Bright: No…

Hijos de perra… ¡Hijos de perra! A punta de pistola me arrojaron del vehículo en pleno movimiento. Si hubiera sido un barco o un auto… pero no, era un avión. De no ser por mi chamarra-paracaídas, no estaría viva.

No hay día en que no tenga pesadillas. Esos bastardos… me hubiera gustado matarlos con mis manos. Sí, lo sé, mi mano activó el detonador que hizo explotar el avión, pero no me refería a eso. Me hubiera gustado matarlos a puñetazos. A cada uno. Sobre todo a Verdana. Con esa arrastrada de mierda me hubiera tomado mi tiempo.

¿Les digo algo? Ya sabía que lo harían. Pero no lo creía. Mi amigo, el profesor Marley, me dijo que Fuentes me traicionaría. Me subí al avión preparada e instalé la bomba en el baño. Mientras lo hacía, me sentí mal, muy mal. “¿Y si el profesor se equivocó? ¿Y si todo seguirá como siempre, en qué me convertiría si desconfío de mi grupo a tal grado que instalé una bomba para pagar una traición que tal vez no exista?” Pero, vamos; las respuestas secas, las miradas perdidas, las cancelaciones a las juntas… horas antes dejaron de llamarme Lucida Bright y usaban mi verdadero nombre. Hay cosas que se dicen sin hablar y ellos me estaban diciendo “¡Te vamos a clavar un cuchillo por la espalda, Natty Dread!” Dios… me habría encantado equivocarme. Creo que sería más fácil aprender a no pensar mal de los amigos que tratar de olvidar que mi grupo me quiso matar y que, en vez de ello, yo los maté.

Gracias a tal accidente en mi vida, afiné mi intuición y ahora es cuando más la necesito. Un japonés de nombre Takasaki anda tras los planos de un aparato que podría revelar un tétrico misterio. Si Takasaki encuentra primero que yo tales planos, mi hipotética verdad jamás se sabrá. Y eso no puedo permitirlo.

Pero, ¿qué tenemos aquí? Mi viejo amigo Gerard me trajo el te. ¡Té de limón! ¡Del corriente! No tan caliente, tres bolsas, tres de azucar y un ligero toque de crema. Justo lo que mis nervios necesitan…

Gerard: Su te, señorita Dread.

Natty Dread: ¡Hey! ¡Gracias, Gerard!

Gerard: Creo que debería tomar su te más caliente, señorita Dread. El frío de Toronto no es bueno para sus pulmones fumadores.

Natty Dread: [Finge dar un sorbo al te] ¡Ay, puta madre! ¡Me quemé!

Gerard: [Frunce el ceño] No se burle de mí, señorita Dread. ¿Y ya encontró lo que buscaba? ¿Puedo ayudarla en algo?

Natty Dread: [Sonriendo] Gracias, Gerard. Mira, mi contacto en Kioto me envió este mensaje:
“ND: Ni Iwao Tsushima ni su esposa fueron atendidos en el hospital. Nunca fueron enjuiciados; la familia del difunto interpuso varias demandas, pero súbitamente dejó de hacerlo y se mudó a Okinawa. No dejaron rastro y su abogado desapareció. Dos años después del accidente, un reportero –Kawada– reconoció a la Sra. Tsushima en un prostíbulo de Kabuki Cho, en Shinjuku. Kawada escribió la nota pero nunca la publicó; su editor –mi contacto– conserva el escrito; él renunció una semana después de que se encontró el cadáver de Kawada y el de la supuesta Sra. Tsushima –su verdadero nombre falso era ‘Cadillac’– en una habitación de un hotel en Yokohama. Murieron por envenenamiento, pero el reporte dice que se degollaron mutuamente minutos después de ingerir el tóxico. Espero que no tengas dudas ni más preguntas, pues podríamos poner en riesgo la vida de mi informante. XOXO, Pencil.”

Natty Dread: ¿Qué opinas?

Gerard: Eso confirma su teoría, ¿no es así, señorita Dread?

Natty Dread: Así es, Gerard. La muerte de Gunpei Yokoi no fue accidental. Lo asesinaron. El choque en Neagarimachi del 4 de octubre de 1997 fue intencional; estaba coordinado entre el auto de enfrente, que los amarró y se dio a la fuga, y el conductor Etsuo Kisoo. Etsuo tenía pocos segundos para hacer que Yokoi bajara del coche, para ser arrollado por el Sr. Tsushima y su esposa.

Gerard: ¿Y quién planeó el asesinato?

Natty Dread: No tengo pruebas, Gerard, pero supongo que fue la Yakuza, pagada por Nintendo. Pero no buscamos al culpable. Buscamos al poseedor de los planos que Gunpei Yokoi dejó en Kioto. De acuerdo con Pencil, Yokoi habría dejado la maqueta en manos de uno de sus estudiantes, Satoshi ‘Bubblegum’ Honda.

Gerard: ¿Qué tienen de especial esos planos, señorita Dread?

Natty Dread: Se supone que Yokoi había descubierto la forma para crear el Game Boy Definitivo. Un aparato capaz de proyectar las imágenes del cerebro en una pantalla portátil.

Gerard: ¡Por Dios! ¿Y con qué fin?

Natty Dread: [Suspira] Ah… videojugar, Gerard, videojugar. Qué pendejo, ¿no? En el mercado negro de la información, se corrió el rumor de que Yokoi trabajaba en secreto con Sony –aún dentro de Bandai– para desarrollar el proyecto. Bandai nunca conoció la idea, pues Yokoi sabía que no tenían dinero para la inversión, así que les dio atole con el dedo y creó la estructura de un aparato llamado Wonder Swan. El primer paso con Sony sería desarrollar la técnica de almacenamiento y proyección de imágenes nítidas, pero todo quedó incompleto. Por supuesto, se dice que Yokoi nunca mostró los planos maestros, así que nadie sabe cómo funciona la lectura mental.

Gerard: ¿Y por qué Nintendo habría querido asesinar a Gunpei Yokoi?

Natty Dread: Por dinero, Gerard. Imagínate que el señor que inventó el único aparato que saca la nómina de tu compañía, renuncie y anuncie que se unió a Bandai para hacer algo mucho mejor que lo que había hecho antes. Y, aunados los rumores del lector de mentes, era obvio que Nintendo haría lo posible por terminar con la fuente creativa.

Gerard: Con todo respeto, señorita Dread, no entendí nada. ¿En verdad es necesario tanto escándalo por un videojuego?

Natty Dread: No es el videojuego, Gerard. Es la tecnología. Ese tal Takasaki anda tras los planos. Si mis informes son correctos, ese wey no tiene la intención de crear una consola portátil. Creo que quiere algo peor…


Gerard: ¿Dominar el mundo?

Natty Dread: No… él quiere… [Con eco] fama (fama, fama, fama…).

Gerard: [Sonríe y hace una mueca de desaprobación] Ay, señorita Dread… usted siempre metiéndose en problemas gratuitos. No creo que algo de fama para el tal Takasaki haga daño al mundo.

Natty Dread: Estás loco, ¿verdad, Gerard? Si Takasaki es quien creo que es, entonces será imparable con esos planos. Ser el descubridor de tal tecnología le dará la credibilidad y confianza suficiente para que su voz sea la ley. Tras ello, vendrá una época de ignorancia… aún peor de la que ya existe en América Latina.

Gerard: [Ríe] Creo que exagera, señorita Dread. Pero usted siempre tiene razón. Espero que todo salga como quiere.

Natty Dread: Es mi intuición, Gerard. Algo no anda bien aquí. Necesito saber dónde están los planos y quién es en realidad Takasaki, aunque algo me dice que la segunda respuesta ya la sé.

[Suena el timbre]

Gerard: Enseguida vuelvo, señorita Dread.

Takasaki… estoy segura que él es el oscuro presidente de la corporación Protoneex. Jefe de Darwing Vega, un viejo enemigo mío. ¿Quién más querría unos planos tan estúpidos? Yokoi jodió todo con su Virtual Boy y, no hay duda, su siguiente creación sería aún más absurda. Pero Takasaki buscaría ser el primero en poseer esa tecnología y, através su cadena de medios de comunicación, le haría creer a sus seguidores, una vez más, que él era la neta del planeta; un paso más en la conquista de América Latina. Él siempre busca ser el primero en todo. Y, en realidad, para mí es el primero en hacer idioteces; el problema es que todo mundo cree sus pendejadas y así la sabiduría de la muchedumbre se desvanece; aumenta las riquezas del opresor y las carencias del jodido. ¿De que sirve ser superheroína si no puedo evitar eso?

Maldición; es difícil concentrarse con este frío. ¿Por qué mi informante no me citó en Miami?


Gerard: ¿Señorita Dread?

Natty Dread: Sí, Gerard.

Gerard: Son tres mensajes para usted. Uno incluye un paquete.

Natty Dread: ¡Fantástico! Deja el del paquete al final. Léeme los otros dos, por favor.

Gerard: Sí, señorita. Ejem:
“Querida Natty: Espero que estés muy bien. ¿Vendrás a nuestra LAN Party? Ojalá que sí. Las esperamos, a ti y a Saku. Saludos, LordHack.”

Natty Dread: Ah, Lordy. Lo lamento, pero no podré ir. Tengo un caso qué resolver. El que sigue, por favor.

Gerard: Sí, señorita. Ejem:
“Natty Dread. Usted no ha pagado el mantenimiento del edificio desde hace tres meses, así que le avisamos que el servicio del gas será interrumpido en su departamento hasta que se ponga al corriente con sus pagos. Atentamente, La Administración.” Ups…

Natty Dread: Puta… nah, que me importa. El agua fría no mata. ¿Y el paquete, Gerard?

Gerard: Sí, señorita. Ejem:
“Dread: Estos son los planos del Mind Reader Boy, el proyecto inconcluso de mi maestro Gunpei Yokoi. Está protegido y es imposible reproducirlo, así que en tus manos dejo la única copia de los planos. Me temo que, aunque la teoría es buena, en la práctica no sirve para nada, sin embargo, si se decifra el código, aparece una hoja de texto donde mi maestro Yokoi revela la identidad de sus asesinos. No son quienes tú y yo pensábamos. En vez de decirte, prefiero que lo averigues tú misma. Espero que los planos no caigan en manos equivocadas. Mucha suerte, Natty Dread. Un abrazo, Bubblegum.”

Natty Dread: Fantástico. Ahora entregaré los planos a las autoridades y mataré dos pájaros de un tiro. La policía reabrirá el caso de la muerte de Yokoi y Takasaki no podrá saludar con sombrero ajeno. ¡Qué lista soy! Gerard, ¿me das los planos?

[Silencio]

Natty Dread: ¿Gerard?

[Con eco] ¿Gerard? ¿Gerard? ¿Gerard?

Cierro mis ojos. Estoy cayendo al vacío. Lo único que puedo ver es cómo me alejo del avión. Siento cómo mi cuerpo adquiere más velocidad. No voy a morir, ya lo sé. Pero me siento muerta. ¿Qué me duele más? ¿La traición de mis amigos o que, aunque sabía que me traicionarían, tuve la esperanza de que no lo harían y me subí al avión con ellos? Lo último que escuché no fue a Verdana diciéndole a Arial que abriera la compuerta. Lo último que escuché fue cómo se rompió mi corazón. Saqué el detonador de mi bolsillo y presioné el botón. El avión voló en pedazos al instante; me alejé cuanto pude y abrí mi paracaídas. Sentí cómo las lágrimas se quedaban arriba de mí.

Abro mis ojos y sigo en el mismo lugar, pero atada de manos y pies. Frente a mí, dos sujetos: mi viejo y ex amigo Gerard, y un rostro que reconocía muy bien. Bigote y porte de Madrake el mago…

Darwing Vega: ¡Nos volvemos a encontrrarr, Marra Natty!

Natty Dread: Por qué, Gerard…

Gerard: Por dinero, señorita Dread, ¡ja, ja, ja, ja, ja! ¿Usted cree que iba a cumplir mis sueños siendo un simple bibliotecario que la ayudaba cada vez que se le antojaba? El señor Vega y su espléndido jefe me hicieron una mejor oferta. ¡Venezuela! Su amistad no pagaba mis cuentas, ¿sabe?

Darwing Vega: Antes de que hagas tu berrinche, Natty, necesito saberr cómo se decodifica el plano. Parrece que sólo tú sabes cómo hacerrlo.

Natty Dread: Te recomiendo que leas el remitente del paquete, imbécil. No sólo yo sé cómo se lee esa cosa. Bubblegum también te puede ayudar.

Darwing Vega: Me crrees estúpido, ¿verrdad? Segurramente tú y Bubblegum tienen un plan parra esta situación.

Natty Dread: No te mentiría, Vega. ¿Para qué querría yo algo que no funciona? Quédate con el paquete y dile a Bubblegum que te decifre el programa. Ya no me interesa seguir y prefiero salir de ésta con vida.

Gerard: Es una trampa, señor Vega, no la escuche.

Darwing Vega: ¡Cállate, tarrado y no sueltes ese paquete! Porr supuesto que es una trrampa, perro quierro verr qué tan inteligente prretende serr esta mal parrida. A verr, a verr… veamos el rremitente, je, je, je, je. [Dawing Vega husmea el sobre hasta que encuentra lo que buscaba]
Satoshi Honda
Biblioteca Pública Pleasant View
575 Van Horne Ave.
Toronto, ON
Canadá

Un momento…

Gerard: ¿Pero qué…? ¡El paquete fue enviado desde aquí! ¡El correo lo devolvió por tener la misma dirección!

Natty Dread: Cada vez que te aviso que vendré, Gerard, nunca sugieres día u hora. Y yo no venía a buscarte a ti, sino a ver a Bubblegum. Cuando sugeriste el horario, me pareció muy extraño. ¿Para qué citarme a una hora cuando ya no hay nadie? Ayer vi a Bubblegum, me dio el paquete y me lo envíe, poniendo el mismo lugar de remitente, para evitar rastreos, en caso de que algo saliera mal. Y nada debía salir mal, pero… Gerard… aquí hace frío, sin embargo, no traes puesto tu abrigo. Estás nervioso. Estuviste nervioso desde que te llamé para avisar que venía. Son los nervios los que te hacen no pensar en el frío. Y el te… el te de limón con tranquilizante en polvo huele diferente, ya deberías saberlo. Por eso no bebí ni una gota. Y, para terminar, yo me envié un cuarto mensaje. El mensaje que no me leíste. El telegrama que decía “Cuidado, Gerard te va a traicionar. Bubblegum”. Un sobre hace ruido cuando se abre, ¿sabes?

Gerard: Maldición… si no tomaste el te significa que…

Natty Dread: ¿Por qué, Gerard? No esperaba esto de ti.

Darwing Vega: ¡Bueno, ya! ¡Qué importa si sabías o no! ¡Ahorra estás a nuestrra merrced! ¡No te queda más que decirrnos cómo decifrrarr los planos!

Gerard: ¿Señor Vega?

Darwing Vega: ¡Qué!
Gerard: Ya se desamarró. Sin el tranquilizante en polvo, puede quitarse las ataduras…
Darwing Vega: ¡No te quedes ahí parrado! ¡Huye con el paquete!
Natty Dread: ¡Suéltalo, Gerard!

[Gerard huye hacia la salida]

[Natty Dread se lleva la mano al bolsillo y saca un detonador]

Suéltalo, Gerard…

[¡Boom! Tras la explosión, Gerard, muerto, queda con ambos brazos destrozados, tendido en el suelo, con el rostro y pecho completamente quemados]

Darwing Vega: ¡Maldición! ¡Nunca tuviste los planos, bastarrda! ¡Perro nos volverremos a encontrrarr! [Darwing Vega sale por la ventana y escapa en un auto deportivo a toda velocidad]

[Minutos después llega la policía, la ambulancia y Natty Dread reporta lo sucedido]

Facultad de comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad de razonamiento. Ésa es la intuición. Igual o mejor que el Mind Reader Boy, el Game Boy Definitivo. Ahora me reuniré con Bubblegum para devolverle los planos. Siempre los tuve en mi bolsillo, deseando que mi presentimiento sobre Gerard estuviera equivocado. Quería decirle, “¡Hey, Gerard, ayúdame a decifrar los planos!” Pero obtuve esto a cambio. ¿Por qué las cosas tienen que ser así? Antes lloraba y me hacía esa pregunta. Ahora que juego el mismo juego, lloro y digo Eran ellos o yo.

Y así, una vez más, el planeta ha quedado a salvo gracias a la chica más carismática del mundo: ¡NATTY DREAD!

FIN

Gill Sans: Llegamos. Los chicos ya están en la pista de aterrizaje.


Lucida Bright: Pero, Mario, si viajamos en avión, el radar nos podría detectar. ¿Por qué no retomamos mi plan de la balsa y del ATV?

Gill Sans: Ya es tarde. Ya estamos aquí, Nat.

Lucida Bright: Pero el riesgo es muy alto. ¿No crees que incluso es vital cambiar de opinión?

Gill Sans: No seas tonta. Ya tengo todo listo. No pasará nada. ¿Confías en mí?

Lucida Bright: Sí…

Gill Sans: Bien, entonces bajemos del auto, que nos retrasamos. Por cierto, ¿no crees que tu chamarra es muy abultada?

Lucida Bright: Es que tengo frío…